El Coliseo Romano: el símbolo del Imperio de Roma

El Coliseo Romano ha sido declarado una de las Siete Maravillas del Mundo en el 2007 y desde entonces se ha vuelto uno de los monumentos más visitados de Europa y del mundo. Miles de años de historia y secretos aún guarda dados entre sus arcos.

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El Coliseo es una de las visitas imprescindibles de Roma, a continuación os dejo una guía con otras que no os pueden faltar:

Nada más pisar Roma y hacer el check-in en el hotel, nos dirigimos rápidamente hacia el Coliseo romano. Teníamos tantas ganas de ver este lugar que no pudimos esperar al día siguiente… la visión fue asombrosa.
Tantos años de historia, tanta sangre y tantas vidas, tantas historias y leyendas enmarcadas en esas piedras, resultaba sobrecogedor. La primera imagen que me llevé de él fue de noche, la siguiente ya pudimos comprar las entradas y recorrer el interior del mismo

El Coliseo Romano: el símbolo del Imperio de Roma

El símbolo de todo un Imperio, ese es el Coliseo de Roma, la muestra del inmenso poder de una ciudad sobre un vasto Imperio que se extendía hasta los límites de Oriente, uniendo el Este y el Oeste.

El Coliseo es hoy la admiración del mundo entero miles de años después de su construcción, momento que representara la época dorada para Roma. Allí, entre los famosos arcos del anfiteatro, antes la vista de miles de espectadores, se llevaban a cabo los juegos que entretenían a una sociedad ufana y sabedora de su grandeza.

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A la historia pasaron los gladiadores, hombres marcados por sus luchas en la arena, sus enfrentamientos con leones y la ruda realidad de esta brutal forma de diversión aún sorprende y asombra a los visitantes.

Pero el Coliseo es simplemente una pieza de un rompecabezas que ha dejado una huella bien marcada en la Roma moderna. Es que aún hoy podemos recorrer las mismas calles que hace cientos de años recorrieran emperadores, luchadores, gente común viviendo en un lugar muy distinto (o quizás no tanto).
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Como os decíamos, el Coliseo es una pieza de la grandeza de Roma. No podremos entender la magnitud del poder del Imperio hasta que nos plantemos frente al Capitolio y ante nuestros pies tengamos los Foros Imperiales, el lugar donde yace todo el pasado del Imperio Romano, hoy en ruinas.

Desde allí podremos divisar el Circo Máximo, el Foro Romano, el de Trajano, los Templos de Saturno y la Concordia, o el Valle del Anfiteatro con el famoso Coliseo. Desde allí, podremos perder la vista hacia años de lucha, de dominación, de fastuosidad, de grandeza, y revivir en la imaginación la sociedad que tan bien nos presentaban en películas como Gladiator.

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Y de fondo, tras aquel mágico paisaje cargado de historia, vemos el Anfiteatro Flavio, más conocido como el Coliseo, situado entre los cerros Palatino, Celio y Esquilino. El monumento se eleva más de 50 metros de altura y cuenta con casi 188 metros de diámetro por su lado mayor y 156 por el eje menor. Hoy, incluso en ruinas, impresiona su elegancia.

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Historia del Coliseo

Fue mandado construir por Vespasiano en el año 72 d.C. e inaugurado por Tito en el 80 d.C., tras celebrar una serie de fastuosas ceremonias y espectáculos que duraron 100 días durante los cuales tuvieron lugar luchas a muerte de gladiadores, peleas de animales salvajes, y la entrada fue gratuita para toda la población.

El Coliseo puede albergar casi 55.000 espectadores que entraban por 80 bocanas y que eran conducidos por pasillos hasta las 160 bocas de donde se llegaban a las gradas.

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El Coliseo formó parte de una serie de anfiteatros que se fueron construyendo y de los que aún se conservan, aparte del romano, el del El Djem en Túnez, los de Nimes y Arles en Francia o el de Verona, al norte de Italia.

Entre los siglos V y VI se prohibieron las luchas de gladiadores y de animales salvajes, y en el siglo XIII el Coliseo se convierte en fortaleza. El último espectáculo que albergó el Coliseo del que se tiene noticia es en el año 523 bajo la orden del rey godo Teodorico.

Posteriormente el Anfiteatro fue abandonado, e incluso parte de sus piedras, como la de tantos otros edificios históricos de los Foros Imperiales, se utilizaron como canteras para otros edificios más modernos. Fue sólo a finales del siglo XIX cuando se excavó la estructura bajo la arena, y volvió a ser símbolo de la gloria de Roma.

El Coliseo Romano: Entradas y horarios

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Antes de que os dé esta información, detengámonos en las recomendaciones. Cuando compres tu entrada para el Coliseo te va a valer también para entrar al Foro Romano, lo que implica que vas a necesitar bastante tiempo para poder verlo todo.

Nosotros cometimos el error de ir por la tarde a ver el Coliseo, lo que hizo que tuviéramos que echarnos una buena carrera -con la entrada en la mano- para llegar hasta la cola y poder entrar antes de que cerraran. Al día siguiente, tuvimos que reestructurar nuestra programación del viaje para ver el Foro Romano, al que ya os aviso que se necesita de tiempo para visitarlo a gusto ¡merece la pena ese tiempo!

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Las entradas para el Coliseo romano, el Foro y el Palatino son válidas durante dos días y su precio va a depender en función de la edad y de si las reservas o las compras en las taquillas:

  • Entero: 12 euros
  • Reducido: 7,50 euros (menores de 25 años, estudiantes y profesores)
  • Gratuita: primer domingo de cada mes (complicado porque se pierde tiempo en las colas que se forman) y para menores de 18 años, estudiantes de Arquitectura, Historia del Arte.

El horario de apertura es todos los días desde las 8:30 de la mañana hasta las 15.30 (de noviembre a marzo) o 17.30 (abril a octubre).

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