Entrar en la ciudad de Rothenburg ob der Tauber es adentrarte en la Edad Media, es quedar completamente fascinado por la belleza y la historia del lugar: murallas, torres, iglesias, monasterios, museos… Una pequeña ciudad llena de grandes momentos.
Esta ciudad medieval nos cautivó desde el primer instante, nos lo habían recomendado muchísimo antes de salir desde España con la autocaravana, pero aún así no nos habíamos preparado para la belleza y la historia de lo que nos íbamos a encontrar.
Accedimos a la ciudad por una de las entradas más impresionantes y mejor conservadas de la Edad Media. Aunque lo intentamos fotografiar desde todos los ángulos, no hay fotografía que muestre el nivel de detalle y de conservación, la impresión que da pasar por allí o ver salir un coche cuando a lo mejor te pegarían más caballos o un carro tirado por estos.
A continuación, pasamos dentro del bastión del hospital del siglo XVII, el foso y el adarve al que se pueden acceder tranquilamente.
En su interior encontramos las almenas y un cañón que se mantiene en perfecto estado; los jardines que rodean este lugar son fascinantes y frondosos, encontrarás un precioso puente de madera que también te permitirá entrar en la ciudad.
Y la magia continua…
Calles adoquinadas y no muy anchas, fachadas de múltiples colores y con flores que dan vida a sus balcones, figuras curiosas que aparecen en las intersecciones de las casas, tiendas de todo tipo (artesanía, souvenirs, gastronomía…).
Todo es una absoluta invitación a mirar, a pararse en la calle y dejarse empapar de esta hermosa ciudad, hacer una panorámica constante de todo lo que ocurre e inmortalizarlo para siempre. Cuando menos te lo esperes, encontrarás ante ti una de las tiendas más curiosas, la tienda de Käthe Wohlfahrt donde encontrarás miles de juguetes artesanos de navidad ¡Mínimo, párate en el escaparate y observa!
Si continúas subiendo recto, esta calle te llevará a la Plaza del Mercado, donde se encuentra el Ayuntamiento que es todo un edificio histórico con una comunión de diferentes estilos, gótico (1.250 a 1.400) y renacentista (de 1.572 a 1.578).
A su izquierda, encontraréis el Ratstrinkstube ó Taberna de los concejales, que antiguamente era exclusiva de estos pero, que a día de hoy, se ha convertido en la oficina de turismo. Cuando estéis allí, fijaros en la fachada de este edificio pues tiene un precioso reloj artesano que muestra la legendaria historia de la cámara llamada Meistertrunk. (Podéis ver ambos edificios en la siguiente imagen).
Antes de continuar nuestro camino, enfrente de estos edificios hallaréis un enorme cascanueces ¿quién no querría una fotito con él?
Como ya os comentamos en un post anterior, en esta ciudad también se encuentra el Museo de la Navidad Alemán, está en la calle de la izquierda (Herrngasse) y está abierto los 365 días del año. Es un lugar impresionante, merece muchísimo la pena verlo sin importar la edad que tengas, es toda una aventura y podréis hacer vuestras compras, desde cosas que cuestan unos 5 euros a otros detalles bastante más caros.
Podréis verlo con facilidad por el impresionante coche rojo que veréis estacionado en la puerta, un coche cargado de regalos y digno de convertirse en parte de una foto de recuerdo. Tenéis más información en el artículo «Navidad todo el año | El impresionante museo navideño de Rothenburg»
Tenéis muchísimos más museos que visitar en esta ciudad: Museo de Muñecas y juguetes, Museo de la ciudad imperial, el Museo Medieval del crimen o la Antigua Casa de Artesanos de Rotemburgo.
En cuestión de iglesias y monasterios también tenéis varios lugares que visitar, entre ellos, nosotros vamos a destacar la Iglesia gótica de St. Jakobs Kirche que está construida en una calle en lugar de en un plaza, que suele ser lo más frecuente.
Esta iglesia comenzó a construir en 1301 y en su interior destacan tres altares de madera, principalmente el altar de la Sagrada Sangre de Tilman Riemenschneider, tallado en madera en el 1501-1505, como el altar de San Luis de Tolosa del mismo escultor; también es digno de mención el de los Doce Nuncios del escultor Friedrich Herlin.
Imagen: www.tourismus.rothenburg.de
También nos encontramos con una figura de un peregrino en la entrada y múltiples peregrinos a su alrededor disfrutando de los rayos del sol a media tarde. ÿste se ha convertido en un lugar de peregrinación para muchos.
Continuamos nuestro camino hasta los Jardines del Castillo, donde podréis pasear entre inmensos árboles, disfrutar de las flores y de las impresionantes vistas pero, eso sí, aquí no hay ningún castillo desde 1356 cuando un terremoto destruyó el castillo de los Hohenstaufen.
Es un lugar perfecto para tomar unas buenas fotografías del casco antiguo de la ciudad, también podréis divisar desde diferentes ángulos el valle del río Tauber.
Para terminar nuestro día en Rothenburg, recorrimos la periferia de la ciudad a través de las murallas y pasando por el interior de alguna de las torres que permitía el acceso. A una altura de 9 metros, rodea la ciudad y cuenta con 42 torres; a pesar de que en la Segunda Guerra Mundial fue dañada, se invirtió en su reconstrucción para mostrarnos algo completamente újnico.
Vimos atardecer sobre los tejados de Rothenburg, nos llevamos imágenes increíbles de las fachadas, los jardines, los colores, la arquitectura, las iglesias…
Para terminar, deciros que está perfectamente adaptada para que los turistas que van con autocaravana puedan aparcar en las inmediaciones de la ciudad sin perderse ni tardar más de 5 minutos en alcanzar la entrada de Rothenburg.
Tenéis un plano de la ciudad con su leyenda de lugares a visitar en este enlace. Y, como no, recomendaros mucho muchísimo la visita a este impresionante lugar.