He perdido ya la cuenta de las veces que me he preguntado antes de salir de viaje si me compensaba más ir con maleta o con mochila. Soy consciente de que es una decisión muy personal, por lo que os cuento cuáles son los factores que tengo en cuenta y cuáles son las ventajas de viajar con mochilas de viaje en base a mi propia experiencia.
En función de los días de viaje
Uno de los aspectos que más valoro a la hora de escoger entre mochila y maleta es el tiempo que voy a estar de viaje. Si es un viaje exprés, tipo que me voy un fin de semana por ahí, la verdad es que suelo optar por mochila porque no necesito llevar demasiada ropa, a la par que también me freno ante la tentación de estas cosas que solía acabar metiendo por el «por si acaso» hace frío, se ensucia, etc.
Itinerario: Hacer una ruta
Se puede hacer un viaje en ruta con maleta perfectamente, pero suele ser un poco más rollo y más incómodo. Cuando hay que hacer un gran número de traslados es mucho más cómodo utilizar para ello una mochila, es más silenciosa y más ligera para cargar con ella.
Evitas facturar en el aeropuerto
De nuevo volvemos a ahorrar tiempo, a la par que también ahorras dinero. Generalmente, una mochila no hay que facturarla y tienes menos probabilidades de que te obliguen a hacerlo pues suele ser más adaptable y da menos problemas que las dimensiones de las mochilas, que como se salga un poquito la rueda ¡hasta luego!
Aprovechar más el tiempo de viaje en el destino
La maleta puede ser cómoda para muchas cosas pero una de las desventajas que tiene es la pérdida de tiempo. En mi caso, suelo intentar viajar en los primeros vuelos y regresar en los últimos para aprovechar al máximo el tiempo de viaje, lo que suele implicar que hay que cargar con la maleta o mochila durante unas horas hasta que me den la habitación o cuando ya he hecho el check out.
En estos casos, una mochila es la mejor de las opciones para disfrutar de cualquier lugar. No hace falta llevarse la casa a cuestas, solo con llevar lo justo en tu mochila y podrás recorrer la ciudad sin tener que buscar una consigna donde dejar la maleta o tener que ir y volver al hotel reduciendo tiempos de disfrute.
Múltiples funciones
Ponte en el caso de que te surge una excursión de la leche en el lugar de destino, que requiere que te prepares para ir a la montaña o hacer alguna ruta de un día por ahí y necesitas llevar al menos un mínimo de cosas contigo que te permita estar preparado para todo. Esto es tan fácil como dejar todo lo que llevas en la mochila en el alojamiento y llevarte la mochila, con las cosas seleccionadas, sin necesidad de tener que comprarte una mochila allí o llevar una mochila dentro de la maleta.
Aprender a viajar con poco
Cuando empecé a viajar los «por si acaso» ocupaban una gran parte de mi maleta, hasta que mi experiencia de viaje fue en aumento y con ello fue disminuyendo también mi cantidad de equipaje. Los por si acaso dejaron de ocupar tanto y los espacios para los souvenirs gastronómicos comenzaron a ocupar más. Ganancias, sin duda.
Son más resistentes que las maletas
Por desgracia, siempre que uno factura una maleta llega el momento temido de recogerla y valorar el estado de la misma ¿sigue teniendo ruedas?, ¿se ha roto alguna?, ¿sigue el asa funcionando?, etcétera. Si hablamos de mochilas, son mucho más resistentes y te evitas todos estos inconvenientes que pasan más de una vez. A la par, si se te rompiera algo de la mochila es mucho más fácil arreglarlo que si se trata de la maleta, que casi que vas a necesitar comprarte otra.