A la hora de organizar tu viaje por Egipto es importante que tengas en cuenta cuáles son las temperaturas que te vas a encontrar. Os adelanto que los lugares más impresionantes que vas a encontrarte no tienen ningún árbol tras el que puedas cobijarte, así que es importante valorar el clima.
La temporada alta en Egipto suele ser de octubre a febrero. Tened en cuenta que el invierno egipcio está descrito con un clima cálido, con días soleados y con pocas precipitaciones. Dicho esto, a la hora de buscar alojamiento, es importante tener en cuenta que los hoteles cuenten con calefacción puesto que -dependiendo de la zona donde os alojéis- puede ser una ciudad más o menos húmeda, y de ahí, más o menos fría en las noches.
La temporada media en Egipto está centrada en los meses de marzo, mayo, septiembre y octubre. Las primaveras suelen ser cálidas pero también puede haber tormentas de arena que puedan entorpecer y retrasar el tráfico aéreo. ¿Lo positivo? Si vais en los últimos meses de esta temporada, no suele haber tanta gente y sigue siendo cálido.
La temporada baja en Egipto está centrada en los meses más calurosos, que son junio, julio y agosto. Para visitar las zonas más importantes, es necesario tener en cuenta que el calor que puede llegar a ser abrasador, y os lo digo desde la más absoluta experiencia personal pero, en mi caso, no puedo hacer grandes viajes en otra época del año. ¿Lo volvería a hacer? Sin duda. Eso sí, si tenéis la oportunidad de viajar en un momento más fresco, mejor que mejor.
