Si estás planeando un viaje a Japón, estás a punto de embarcarte en una aventura increíble. Antes de sumergirnos en la magia de Japón, hay consejo que es muy importante: contratar un buen seguro de viaje. Es mejor prevenir que lamentar y, antes de viajar, resulta imprescindible contratar un buen seguro de viaje que te proteja ante cualquier eventualidad, como por ejemplo el que ofrece la aseguradora Imaway (ver aquí).
Una vez contratado el seguro, prepárate para un viaje lleno de contrastes, sabores increíbles y experiencias.
Tokio: El futuro ya está aquí
Empecemos por la capital, Tokio. Esta ciudad es una locura, en el mejor sentido posible. Al salir de la estación de Shibuya y ver un mar de gente cruzando en todas direcciones, muchos turistas se quedan con la boca abierta. Es como estar en una película de ciencia ficción, pero real.
En Tokyo no hay que perderse subir a la Tokyo Skytree. La vista es impresionante y no apta para personas con vértigo. Por otra parte, para tener un respiro de los numerosos neones y rascacielos de la capital nipona, hay que ir al santuario Meiji. Es como si de repente la ciudad desapareciera y estuvieras en medio de un bosque. La paz que se respira ahí es increíble.
Kioto: Donde el pasado y el presente se dan la mano
Visitar por primera vez Kioto es como viajar en el tiempo, pero con todas las comodidades modernas. El Kinkaku-ji (el famoso Pabellón Dorado) es precioso, aunque siempre está lleno de gente. El mejor consejo es ir temprano o al final del día para evitar las hordas de turistas.
Otro lugar de Kyoto donde perderse es el barrio de Gion, donde es posible ver numerosas maikos (aprendices de geisha. Estos contrastes son lo que hacen que Japón sea tan especial. Y no hay que olvidar visitar el bosque de bambú en Arashiyama. Es mágico y vale totalmente la pena, sobre todo si vas temprano cuando hay menos gente.
El majestuoso Fuji-san
El Monte Fuji es impresionante. En un día despejado desde el lago Kawaguchi es una vista fabulosa. A veces no es fácil ver el monte pues le gusta esconderse entre las nubes. Si te animas a intentar subirlo debes saber que no es una prueba sencilla y es mejor entrenarse antes.
Hiroshima: Una lección de resiliencia
Visitar Hiroshima siempre es una experiencia intensa. El Parque de la Paz y el museo son desgarradores, pero necesarios. Impresiona cómo la ciudad se ha reconstruido y cómo han convertido su tragedia en un mensaje de esperanza.
Para animarse después, una buena idea es comer el okonomiyaki local. Es como una tortilla loca pero con numerosos ingredientes y es muy sabrosa. Es una comida muy apreciada por los locales que merece ser probada.
Nara y sus ciervos «educados»
Nara es encantadora, aunque los ciervos pueden ser un poco… insistentes. Si compras las galletas para alimentarlos en cuestión de segundos te verás rodeado por una manada hambrienta. Los ciervos están por todas partes e incluso se atreven a entrar en las tiendas. Son el símbolo de Nara y venerados como animales sagrados.
El Todai-ji es impresionante. La estatua de Buda es muy grande y se dice que pasar por el agujero en uno de los pilares da buena suerte.
Okinawa: El secreto mejor guardado de Japón
Si tienes tiempo, no te pierdas en tu viaje Okinawa. Es una extraña combinación entre Japón y el Caribe. Playas de ensueño, gente súper relajada y una comida que te hace sentir que vivirás 100 años. Prueba el «goya champuru» (un plato local). Es extraño pero muy apreciado una vez que es degustado por primera vez.
Sapporo: cerveza, ramen y nieve
Estamos terminando este recorrido por las maravillas de Japón y lo hacemos en Sapporo. Es una ciudad frecuentada, sobre todo, en invierno pues en febrero tienen el Festival de la Nieve. Esculturas de hielo enormes, conciertos, y mucha, mucha cerveza Sapporo (para entrar en calor). Además, el ramen de Sapporo es diferente al del resto de Japón. Cremoso, con mantequilla y maíz… una delicia que te hace olvidar el frío exterior si visitas Sapporo en invierno.
En suma, Japón es un país que te sorprende a cada paso. Es respetuoso pero loco, tradicional pero ultramoderno, familiar pero extraño. Vayas donde vayas en Japón, vas a vivir experiencias únicas. A Japón hay que ir con la mente abierta, llevar zapatos cómodos (es habitual tener que caminar mucho por su gran extensión y numerosos atractivos), aprender a usar los palillos antes de ir y es imprescindible, en lo que se refiere a la preparación del viaje, no olvidar el seguro de viaje.
Japón une tradición y modernidad en una combinación única, sus ciudadanos son educados y acogedores con los turistas y sus atractivos son innumerables.
Un destino que no te puedes perder.