Qué ver en San Sebastián en 2 días

San Sebastián, Donostia, es una ciudad pequeña pero con una gran riqueza cultural, gastronómica y de ocio. Os contamos qué podéis ver en San Sebastián en 2 días y, por supuesto, parte de su historia más representativa para que podáis conocer los entresijos de este lugar.

Historia de San Sebastián

En el siglo XII, San Sebastián era una pequeña ciudad amurallada muy difícil de atacar. Todo estaba diseñado para ello, tanto es así que estaba prohibido por ley construir un edificio o muro fuera de las murallas para que no pudiese utilizarlas el enemigo como cobertura en caso de ataque.

En esta ciudad se encontraba el puerto, el Castillo de la Mota en el monte Urgul y unas murallas que hoy están representadas por una hilera de flores en la actual calle del Boulevard. Las tierras colindantes se convertían en marismas, por lo que la dificultad para atacarla la llevó a convertirse en la segunda mejor fortificación del mundo, tras Gibraltar.

Para entender el cambio de la ciudad de San Sebastián, tenemos que trasladarnos a años antes de que se produjese la Guerra de la Independencia española. El reino de España había permitido que las tropas francesas, lideradas por Bonaparte, cruzasen la península, y para ello San Sebastián, con el fin de atacar Portugal (aliado de la corona británica).

En 1813 comienza el contraataque de las tropas aliadas y el duque de Wellington lidera el ataque a la ciudad de San Sebastián. Es el 31 de agosto cuando consiguen hacer una brecha en la muralla de la ciudad, el punto exacto se encuentra donde hoy está el mercado de La Bretxa, y se consigue la liberación de la convivencia impuesta con los soldados franceses pero también se prende fuego a toda la ciudad. Es por este mismo punto por donde ya entraron los franceses una primera vez en el año 1719.

Al gran incendio que asoló la ciudad sólo sobrevivieron tres iglesias y una calle (la actual calle de 31 de agosto), el resto de la ciudad tuvo que ser de nuevo levantada y reconstruida por los ciudadanos. Para ello, una de las primeras decisiones que toman es eliminar la muralla, lo cual se llevará a cabo en el año 1863, y en cuanto a la arquitectura y el diseño de la ciudad se fijan en la entonces capital de Europa, París.

La nueva San Sebastián se plantea entonces como una ciudad dedicada a los servicios, al turismo, por lo se erigieron los mejores balnearios, casinos, teatros… Todo pensado para el disfrute de la aristocracia del momento, que llegó a bautizarla como la «Petit París» o «La París del sur«.

Otro de los sobrenombres que adquirió esta ciudad fue «La ciudad de las reinas» y es que la reina Isabel II o su nuera la reina María Cristina (esposa de Alfonso XII) la eligieron como su lugar de verano. La reina María Cristina tuvo un papel fundamental para esta ciudad, podréis ver que multitud de edificios y lugares tienen su nombre, y es que ordenó levantar su propio palacete en la ciudad (el actual Palacio de Miramar).

Playas de San Sebastián

Una de esas cosas que dicen que todo el mundo tiene que hacer cuando va a San Sebastián, además de comerse unos pintxos y beber txacolí, es recorrer las tres playas: la Zurriola, la Concha y Ondarreta. Un estupendo paseo para disfrutar de la costa y veréis que siempre está concurrido, independientemente de la hora o de que llueva.

En la playa de la Zurriola es muy común ver a los surfistas, a cualquier hora del día, esperando a que llegue una ola perfecta para subirse a la tabla y dejarse surfear. En esta playa también podréis ver a muchos perros jugueteando y corriendo en la orilla.

La playa de la Concha es una de las más conocidas, sus farolas las habremos visto en una gran variedad de telediarios sobre el tiempo. Uno de los datos curiosos es que hay unos soportales a los que podréis acceder aunque la marea haya subido, por lo que siempre podéis disfrutar del mar aunque llueva o no haya acceso a parte de la playa.

La playa de Ondarreta se encuentra frente a la isla de Santa Clara y tiene 600 metros de longitud. En esta playa se practican diferentes tipos de deportes y es la que más cerca se encuentra de las esculturas de Eduardo Chillida.

Funicular – Monte Igueldo

Y, antes de llegar allí, a mano derecha, veréis que pone el cartel de «Funicular». Ésta es otra de las visitas recomendadas que os hacemos de la ciudad pues se trata de un funicular del año 1912, que os llevará hasta la cima del monte Igueldo.

Desde la cima podréis disfrutar de unas vistas magníficas de toda la ciudad, además de entreteneros en un parque de atracciones de altura, que fue inaugurado en el mismo año por la reina María Cristina.

A su vez, también podéis visitar el Torreón del Monte Igueldo (antes conocido como la Farola) que fue construido en el año 1778 como faro marítimo, aunque ya en el siglo XVI hay referencias que hablan de que había una señal luminosa. Debido a las guerras carlistas en las que se vio envuelto el lugar, llegando a adherirle cañones al faro, se decidió cambiar sus forma en el año 1912 y es el Torreón tal y como vemos hoy día. Se decía que desde la terraza del mismo se podía disfrutar de la vista más hermosa del mundo.

El precio del funcionar es de 3,15 ida – vuelta y la entrada al Torreón es de 2 euros aproximadamente, que incluye la vista al mismo y la subida aa terraza.

Teatro Victoria Eugenia

El Teatro Victoria Eugenia se encuentra muy cerca del hotel María Cristina, a las orillas del río Urumea. Este edificio se inauguró en el año 1912 y fue diseñado por Francisco de Urcola, de estilo neoplateresco.

Una de las grandes curiosidades de este edificio es que en él se realiza el Festival Internacional de Cine de San Sebastián desde 1953, uno de los festivales de cine más importantes y al que asistieron personalidades como Audrey Hepburn, Alfred Hitchcock, Luis Buñuel, Sophia Loren, Elizabeth Taylor, Federico Fellini, Anita Ekberg y un largo etcétera.

Otro de los grandes acontecimientos relacionados con el cine, fue que en este teatro se estrenó mundialmente la película de Alfred Hitchcock «Vértigo (De entre los muertos)», en 1958, y contó con su presencia.

Si nos fijamos en la fachada del teatro, como en la fachada del hotel María Cristina, podréis ver agujeros. Se trata de los agujeros de bala que dejarlos los disparos que se produjeron en los últimos momentos de la Guerra Civil Española. Parece ser que los nacionales entraron en el hotel y los republicanos en el teatro, intercambiando disparos de uno a otro bando.

Plaza Guipúzcoa

Una de las cosas más impresionantes de la Plaza Guipúzcoa no sólo es la preciosidad del parque de estilo romántico, con su estanque de patos, los árboles que parecen un pequeño bosque dentro de la ciudad o la multitud de flores preciosas que se encuentran, si no que destacaría el templete astronómico y metereológico que en él se encuentra.

Para entender la función de este templete astronómico y metereológico tenemos que situarnos en la época en la que los aristócratas veraneaban en la ciudad y paseaban por este parque. Con esa buena predisposición que tenemos todos a tener conversaciones superficiales acerca del tiempo y el interés de saber qué temperatura haría en los próximos días, en el templete podréis ver todo tipo de información metereológica. Fue construido en 1879 por José de Otamendi y, si os fijáis en el interior de la cúpula, veréis las constelaciones que se podrán divisar en el firmamento la noche del 1 de agosto en San Sebastián.

En esta misma plaza se encuentra la sede de la Diputación Foral de Gipuzkoa, desde 1885, y en su fachada aparecen los bustos de los cinco marineros más representativos de la provincia: Urdaneta, Oquendo, Lezo, El Cano y Legazpi.

Catedral de San Sebastián

La Iglesia del Buen Pastor de San Sebastián tiene el título de catedral desde 1953 y está situada en el barrio de Amara.

Esta iglesia fue inaugurada en el año 1897 y la diseñó el arquitecto donostiarra Manuel de Echave. Fue construida con piedra del monte Igueldo y cuenta con una superficie de 1915 metros, de planta rectangular y cruz latina. La torre de la catedral, con una altura de 75 metros, puede divisarse desde casi todos los ángulos de la ciudad y a mí parecer resulta una preciosidad.

En la entrada podréis ver una escultura de Eduardo Chillida, la Cruz de la Paz. Y, como curiosidad, en el interior podréis ver el órgano que en 1897, cuando se inauguró la iglesia, era el más grande de España y uno de los más grandes de Europa.

Como curiosidad, desde la entrada a la catedral se puede divisar la fachada barroca de la Basílica de Santa María del Coro.

Plaza de la Constitución

La Plaza de la Constitución de estilo neoclásico se construyó en el año 1817, diseñada por el arquitecto Ugartemendia, y es uno de los lugares más emblemáticos de la Parte Vieja de San Sebastián.

Uno de los aspectos que más llaman la atención es la fachada de los balcones, donde se puede ver que cada uno de ellos tiene un número sobre un fondo de color amarillo albero. Estos números ya no son utilizados pero, cuando esta plaza era utilizada como plaza de toros, se utilizaban los llamados balcones de servidumbre. Es decir, que el ayuntamiento podía vender el balcón para la ocasión y el dueño de la vivienda tenía la obligación de dejar pasar por el interior de su vivienda a la persona que alquilaba dicho espacio para el evento.

Hoy día, en esta plaza tiene lugar una de las festividades más importantes de la ciudad, la tamborrada que se celebra el 20 de enero.

Peine del viento

Una de las formas de conocer San Sebastián es recorrer sus tres playas y, una vez que termina la costa de la playa Ondarreta y si continuáis por el paseo marítimo, llegaréis al Peine del viento.

El Peine del Viento es un conjunto de esculturas diseñadas por Eduardo Chillida, que llegan a pesar 10 toneladas cada una de ellas. Recibe este nombre por la forma de peine que muchos ven en las esculturas y, al estar en contacto directo con el mar y el viento, han sido bautizadas como el Peine del Viento.

Sin duda alguna, es una de las grandes imágenes de la ciudad y uno de los grandes atractivos turísticos. Tanto es así, que se acondicionó el lugar para poder colocar sus esculturas y, a su vez, se creó un túnel subterráneo que cuando el mar está embravecido hace que el agua pase por él y suban los chorros de agua hacia arriba.

Iglesia de San Vicente

La Iglesia de San Vicente es una de las más antiguas de la ciudad y está construida sobre una antigua iglesia que acabó calcinada. La iglesia que podemos visitar hoy día en la Parte Vieja data del siglo XV – XVI y es un edificio que no terminó de construirse.

Se dice que esta iglesia era la de los menos pudientes. Su estilo es del gótico vasco, con unos muros más pequeños y fuertes que los típicos espigados y finos, además de contar con ciertos elementos más defensivos. A pesar de no ser algo único de esta zona, llama la atención la pila bautismal que se encuentra fuera del edificio. La razón es que antiguamente no se podía entrar en el interior de la iglesia sin estar bautizado.

En el interior de la iglesia destaca el aspecto sombrío, la oscuridad que hace que uno tenga que alzar la mirada hacia el cielo (muy metafórico dentro de una iglesia). En cuanto a las obras del interior, destaca el retablo mayor con las escenas de la pasión de Cristo, de Ambrosio de Bengoechea y Juanes de Iriarte, de 1586. También podréis ver el Ecce Homo nada más entrar a la izquierda y otros pasos de Semana Santa, junto con dos retablos más, destacando el retablo de las Ánimas de Felipe de Arizmendi.

En el exterior de la iglesia, en una de las fachadas laterales, podéis ver la Piedad. Esta escultura ha sido fabricada en aluminio por Jorge Oteiza.

Basílica de Santa María del Coro

La Basílica de Santa María del Coro está construida sobre una antigua iglesia románica y, el templo que podemos ver  hoy día, fue erigida en el año 1750. Está construida en ángulo entre la calle Mayor y la calle Trinidad, pudiendo ver desde la entrada la Catedral de Donostia.

Es un edificio religioso muy diferente al de San Vicente, en esta iglesia nos encontramos con una gran luminosidad y una gran variedad de detalles arquitectónicos. Está diseñada dentro del estilo barroco pero también cuenta con elementos neoclásicos y góticos.

Las dos imágenes más representativas son la Virgen del Coro, que se sitúa en el altar mayor y es la patrona de la ciudad, y San Sebastián, que también está en el altar mayor en lienzo y también se le puede ver en la fachada.

En el interior de la basílica a veces se pueden ver exposiciones con motivos religiosos o disfrutar de diferentes conciertos, tanto del órgano como del coro.

Museo de San Telmo

El Museo de San Telmo es uno de los museos más recomendados en la visita a San Sebastián, ya que en su interior se puede conocer la historia de la ciudad a través de más de 26.000 elementos de todo tipo (fotografía, arte, historia…).

Además de toda la cultura que os puede ofrecer, destaca la posibilidad de ver el edificio original de San Telmo. Se trata de un convento dominicio que data del siglo XVI y que está considerado como un edificio único por la combinación del estilo gótico y renacentista, lo que dio lugar a que se le conociese como arquitectura isabelina.

En el claustro podréis fijaros en la diferencia de los elementos entre los dos pisos.

Castillo de la Mota – Monte Urgull

Sin saberlo, desde cualquier ángulo de la ciudad habréis visto un cristo que se eleva por encima de una montaña. Se trata del Cristo del Sagrado Corazón, ubicado en la cima del Castillo de la Mota en el Monte Urgull.

El Castillo de la Mota es una de las construcciones más antiguas de Donostia, pues su historia se remonta al siglo XII, momento en el que Sancho el Mayor de Navarra ordena construir una muralla para defender el pueblo. Los monarcas posteriores fueron realizando mejoras en la fortificación y aumentaron su función como atalaya de defensa.

Hoy día, se cree que sólo se mantiene una mínima parte de la muralla, concretamente hablan de la parte que une el monte Urgull con el puerto y que dispone de una puerta y una pequeña zona de vigilancia.

La subida al Monte Urgull se puede hacer por diferentes senderos, todos señalizados, y que os permitirán disfrutar de unas grandes vistas de la ciudad y del mar. Actualmente, en el interior del castillo podréis ver una exposición de la historia de la ciudad y, en los alrededores, podréis ver (sin coste alguno) y recorrer las diferentes fortificaciones, cañones y atalayas defensivos.

Está declarado como Monumento arquitectónico-artístico (1924), Monumento provincial de interés histórico-artístico (1964) y Monumento Nacional (1984).

El 31 de agosto de 1813 se adentraron en la ciudad las tropas aliadas, los británicos, quienes lucharon con los españoles para expulsar a las tropas francesas de Bonaparte que llevaban años apostados en la península. Fueron muchos los que murieron en esta batalla y se les enterró en el Cementerio de los Ingleses, que se encuentra en la ladera del Monte Urgull.

En las proximidades de este cementerio se encuentra la Batería de Santiago, o Batería de la Reina. También encontraréis la Batería de Napoleón, la Batería alta de Santa Clara y la Batería del Gobernador. Todas ellas son zonas que estaban dedicadas a la defensa, donde pueden haber cañones o unas vistas impresionantes que entonces eran utilizadas como vigilancia.

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