Si estás buscando un pueblo idílico y encantador que visitar, te recomendamos Noja. ¿No sabes porqué? Te contamos Qué ver en Noja: sitios recomendados para que disfrutes de unos días de ensueño en este paraíso.
Las playas de Noja
Uno de los principales encantos de esta localidad cántabra son sus playas. Noja se encuentra a 40 kilómetros al este de Santander y cerca de Bilbao, y no solo ofrece espacios para tomar el sol y relajarse en una arena limpia y agradable, sino que además promete hacernos gozar también con su gastronomía. Si estás buscando playas, podemos recomendarte dos, una de ellas es la Playa de Trengandín, una deliciosa zona desértica con arena fina y dorada que invita al relax. Lo mismo nos ofrece la playa de Ris, donde tenemos que sumar otros encantos como sus formaciones rocosas, peñones e islotes. Son playas perfectas para practicar deporte o simplemente para descansar.
¿Mar o montaña?
Marismas de Joyel
Incluido en la Lista de Humedales del Convenio de Ramsar es uno de los más importantes del norte de España. En los meses de diciembre y enero las marismas se llenan de aves migratorias que llegan buscando el calor, así que si vas en esas fechas podrás disfrutar de hasta 60 especies de aves diferentes, todo un espectáculo.
Se recomienda ver amanecer en la marisma, porque ofrece un espectáculo de luces y sonidos sin precedentes. Además, es un lugar muy espacioso para pasear, pero tiene senderos especialmente bellos como son el camino que va hacia la Isla por la CA449, y el que se dirige hacia el Molino de Santa Olaja, una ruta que merece la pena sobre todo al atardecer.
Acantilados del Ris
Cuando acudas a la playa del Ris, de la cual ya te hemos hablado, no dejes de visitar los acantilados, un lugar idílico para pescar o sencillamente para hacer una escapada. Las olas rompiendo sobre el paisaje merecen la pena y también es común que haya alguna cabra. Si te gusta coger cangrejos, también los encontrarás. Y la imagen de monte y ruinas es para fotografiarlo aunque sea con los sentidos.
Cuevas en las playas del Ris
No te marches aún de la playa del Ris sin haber conocido sus cuevas. Apenas se ve un pequeño agujero entre piedras resbaladizas, así que cuidado. Pero si te aventuras a entrar en él, encontrarás un paraíso, pues al otro lado te esperan las vistas al mar y una pequeña piscina natural donde darte un chapuzón. Eso sí, solo es una experiencia válida para intrépidos, porque tendrás que entrar agachado y trepando con cuidado.
El Parque del Paseo Marítimo
Es cierto que en los últimos años este lugar ha perdido parte de su encanto, ya que por desgracia se ha convertido en zona de botellón para jóvenes. Pero es un rincón de la ciudad lleno de flores (o debería serlo), y vegetación variada. Un pulmón para el municipio.
Observatorio de Aves de la Marisma Victoria
Si te gustan las aves, este es tu lugar. El acceso es fácil, pues se trata de una torre que se encuentra junto a las marismas Victoria, al final del Paseo del Brusco. 50 especies diferentes de aves junto a otra fauna que podemos observar en una vista de 360º sobre la marisma. Sencillamente mágico.
Puente de Helgueras
Es llamado puente romano, aunque del siglo XVII cuando se construyó con la idea de salvar las marismas entre Trengandín y el barrio de Helgueras. Es un puente con arco de medio punto, concretamente tres arcos, y un perfil que está ligeramente curvado. Se llama puente romano porque es de estilo muy sencillo, aunque no es de esa época, y está hecho en mampostería.
Helgueras
Si hemos hablado de su puente no podemos dejar atrás este bello pueblo. Es muy pequeñito pero tan verde que da gusto estar en él. Además tiene playa. Si te acercas a este pueblo, no dejes de probar los pintxos del bar El Pirata, un espacio con Internet, videojuego y tecnologías varias y una carta de 46 pintxos a tan solo 1 euro cada uno. Te aseguramos que al sitio le vas a coger mucho cariño.
Isla de San Pedruco
Te sentirás como Robinson Crusoe aunque solo por un momento, porque pronto te puedes perder por su bosque de higueras, con un aroma increíble, y llegar hasta la iglesia que hay en su cima. Es una iglesia pequeñita pero que gusta al visitante, sobre todo por la ubicación que tiene.
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Palacio de los Pinares
Te lo encuentras si visitas la Playa del Sardinero porque está situado en primera línea. Construído por el arquitecto Lavín Casalis en 1915, tiene un tamaño descomunal, en especial sus jardines con figuras que pueden ser apreciadas incluso desde el exterior.
Calas
Por Noja tenemos calas que hacen las delicias del turista. Muchos de estos deciden trasladarse a estos lugares para relajarse en un alojamiento rural durante un fin de semana o unas vacaciones. La inversión merece la pena.
Como has visto, la oferta de sitios interesantes para ver en Noja es muy extensa, pues se trata de una localidad que está muy en contacto con la naturaleza y muy tranquila, aunque también experta en acoger al turismo que cada año visita esta parte tan peculiar de Cantabria.
Núcleo urbano
El primer núcleo urbano referido a Noja tiene la fecha del 927 d.C. y se desarrolló en una zona todavía rica en ermitas, es decir iglesias más que edificios religiosos, monasterios y conventos en general en una zona mayoritariamente cristianizada. Un claro referente del pueblo era el Monasterio de San Lorenzo de Garvijos en las faldas del monte Mijedo: hablamos del pasado remoto porque lamentablemente no queda nada de la estructura, salvo los débiles restos que han desaparecido casi por completo. Hay registros que datan de 1351 así como documentos de archivo que Noja perteneció al Puerto de Santona, a su vez dependiente del Monasterio de Santa María la Real.
Adentrándonos en las calles y núcleos urbanos de la localidad, la niebla del tiempo se desvanece de inmediato y se vislumbran elementos imprescindibles para entender lo que se configuró como una división en 4 núcleos, a saber, Trengandín, Fonegra, Cabanzo y Ris, barrios característicos de la actualidad que alguna vez tuvieron el ‘honor de albergar varios talleres cuyos dueños fueron picapedreros, escultores, campanarios y al final artistas, hábiles trabajadores de los más dispares materiales. La historia, sin embargo, no cuenta solo rosas y flores: Noja se involucró de mala gana, aunque sea indirectamente, en las luchas de poder entre el Castillo y el Venero, pero gracias a una disposición de Felipe IV, el pueblo adquirió la autonomía necesaria para emanciparse en la primera mitad del siglo XIX.
La Noja del siglo XXI es un crisol de arte, arquitectura y naturaleza armonizados para sonreír a los clientes, que tienen a su disposición un abanico de atractivos empezando por los Molinos de Mar, antepasados ??de los más modernos molinos marinos. Destacan también la Torre del Castillo erigida en el siglo XV, la Iglesia Parroquial de San Pedro y las ermitas de San Nicolás (siglo X), San Juan (siglo XI) y San Pedro en la isla de San Pedruco (siglo XVI). Cabe mencionar también la gran cantidad de casas que acogieron por cortos o largos períodos a personajes de la historia española, la Casona de Cabanzo, la Casa de Domingo García de Zilla, la Casa del Capitán Francisco Venero y Cabanzo y muchas otras dispersas. alrededor.
El Palacio del Marqués de Albaicín
Otro interesante lugar que ver en Noja es el Palacio del Marqués de Albaicín. Fue construido en 1916, por lo que es relativamente reciente. Está en medio del pueblo y es un lugar hermoso con muchos jardines, bonsais y estanques. Te ofrecen una visita guiada por 2 euros. Visitar este Palacio es visitar la Casa para Doña Obdulia Bonifaz, como también se le conoce. La casa en verdad pertenece al siglo XVI, pero Obdulia Bonifaz la adquirió en el siglo XIX y la reformó, aunque fue en 1913, cuando su yerno fue nombrado Marqués de Albaicín, por parte del rey Alfonso XIII, que este pasó a ser su propietario a llevar a cabo las mayores reformas.
Creó un gran jardín Botánico que alberga más de 45 especies, también piscina, y hasta una huerta y una pista de tenis.
En 1997, el Ayuntamiento adquirió la propiedad y lo convirtió en casa de cultura, donde realiza actividades educativas.
Iglesia de San Pedro
La Iglesia de San Pedro se remonta, como mínimo, al siglo XI y su torre, algo más reciente, del siglo XVII. Tiene un retablo barroco presidido por San Pedro, de ahí su nombre. Le acompañan San Emeterio y San Celedonio. En si interior, se encuentra un monumento funerario en honor a los antepasados de los marqueses de Velasco.
Cañón y polvorín
Un recuerdo de la guerra civil que permanece en Noja y que los visitantes aprovechan para fotografiarse junto a ellos. Está en la playa del Ris, justo encima de uno de los acantilados. Otra maravilla que ver en Noja.
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